E.B. White, 1952.

E.B. White, autor de la Telaraña de Charlotte, era amante de los animales y propietario de una granja. Como él mismo aseguraba, trabajar en una granja y ser amante de los animales resulta particularmente problemático debido a que la razón de ser del ganado y las aves de corral, es precisamente ser ejecutados por su dueño. 

En una carta a su editor, White cuenta que, en cierta ocasión, uno de sus cerdos enfermó, y en lugar de matarlo como era la costumbre, se dedicó a cuidarlo.

Aunque eventualmente el puerquito murió, el animal y el escritor establecieron un vínculo afectivo. Esto, y una araña que tuvo crías en su vestidor, fue lo que lo llevó a escribir sobre Wilbur, el protagonista de la Telaraña de Charlotte, una de las historias más populares de la literatura infantil.

 (Origins of a story, Jake Grogan, 2020)